Presentamos en San Sebastián “Jóvenes Españoles entre dos siglos (1984-2017)”
Con estas palabras Javier Palop (director de la Fundación SM) inauguraba en San Sebastían un encuentro organizado junto con el centro SUMMA Aldapeta, que tuvo por objetivo abrir la reflexión en torno a los retos educativos que plantean algunos de los resultados extraídos del informe Jóvenes Españoles entre dos siglos 1984-2017 (Gazteak bi mendeen artean 1984-2017 en euskera).
Lourdes Pérez (subdirectora del Diario Vasco) fue la encargada de conducir una mesa redonda que tuvo como ponentes al filósofo Daniel Inerarity; al viceconsejero de Formación Profesional, Jorge Arévalo; y al director de Summa Aldapeta, Javier Cortés.
La mesa redonda inició con una reflexión en torno al clima institucional y democrático de nuestro país, a raíz de la postura manifiestamente crítica que sostienen los jóvenes con respecto a ambas cuestiones. Los ponentes coincidieron en señalar que las instituciones (políticas, sociales o religiosas) se muestran actualmente en una versión caduca, con modelos de integración y participación que en estos momentos no responden ni a los jóvenes ni a la sociedad en su conjunto. Por ello, apuntaba Inerarity, los jóvenes estarían desarrollando fórmulas de participación alternativas, aunque superficiales en lo que respecta al nivel de compromiso y caracterizadas por marcos ideológicos muy difusos.
Los ponentes volvieron a coincidir en la necesidad de entender la democracia como una fórmula en constante evolución y en este sentido, valoraron positivamente la visión de una juventud que ya no se conforma con los hitos conseguidos por las generaciones anteriores y pugna por elevar el listón de la calidad democrática.
Seguidamente, la mesa se centró en analizar el papel a desempeñar por el sistema educativo en el presente y futuro de la juventud que se perfila en el informe de la Fundación SM.
El gran volumen de información al que constantemente se exponen los jóvenes se identificó como el principal desafío a enfrentar. Si Google parece tener todas las respuestas, planteará Javier Cortés ¿Qué valor añadido pueden aportar los educadores?
Para Daniel Inerarity la respuesta pasa por desarrollar en los alumnos la competencia para desechar la información que no sea relevante, “el valor más importante ahora mismo es decirle a alguien lo que no tiene que saber”.
Por su parte Jorge Arévalo y Javier Cortés, pusieron énfasis en el escenario complejo en el que deben aprender a desenvolverse los jóvenes, caracterizado por una infinidad de información y opciones que necesitan de una toma de decisiones constante. En este sentido, apuntaba Cortés, “es necesario crear personas que se comprometan con cada una de estas decisiones”.
Finalmente, Lourdes Pérez, conductora de la mesa, interpeló a los ponentes acerca de dos supuestos generalmente asumidos con respecto a la juventud actual ¿Carecen los jóvenes de vocación y del valor del sacrificio?
En opinión de Javier Cortés los jóvenes ya no se ven en la obligación de hacer cosas que para ellos no tienen sentido. Ahora bien, cuando se les plantea un trabajo que verdaderamente les motiva y hayan significado en él, la capacidad de sacrificio es muy elevada. En este sentido, el trabajo de los educadores debería tener muy presente estos dos elementos.
Por otra parte, el concepto de “vocación”, coincidieron los ponentes, ha sido substituido en la actualidad por el de “profesión”, sin que éste haya perdido su significado como experiencia humana que guía una forma determinada de ser y estar en el mundo. Teniendo esto en cuenta sería un error, en opinión de Inerarity, orientar a nuestros hijos para que desarrollen un camino que desemboque en una utilidad concreta: “da igual lo que estudien con tal de que tengan disposición, espíritu crítico, una serie de habilidades genéricas, etc.”
En esta línea, ¿Qué elementos deberían estar presentes invariablemente en la preparación de los jóvenes?, en opinión de Jorge Arévalo una formación científico-técnica, otra de carácter cultural y humanístico, una necesaria profesionalización con alto nivel de especificidad y para finalizar, de manera incuestionable, una educación en valores que los constituya en ciudadanos responsables e íntegros.
El coloquio entre los ponentes continuó profundizando en los valores presentes en la juventud actual, la relación que establecen entre trabajo y tiempo de ocio, las relaciones que mantienen con su familia y amigos, etc.